Así concluye el informe de la ONG canadiense Impact basado en la experiencia de un proyecto de seguimiento en la RDC que le ha llevado 7 años y que buscaba probar si la extracción artesanal de oro podía ser rastreada desde la mina al mercado.
“Las empresas podrían estar asegurando que las cadenas de suministro estén libres de conflictos, beneficiando a las comunidades locales y contribuyendo a la paz y el desarrollo equitativos”, dice Joanne Lebert, la directora ejecutiva de IMPACT.
«Sin embargo, el abastecimiento responsable no ha ido más allá de un enfoque tipo ‘mirar para otro lado en la gestión de la cadena de suministro. Es decir; las empresas simplemente evitan por completo el abastecimiento de ciertas regiones catalogadas como conflictivas».
A este aparente boicot de los compradores se suma también otro hándicap según la ONG: “Además, el oro es demasiado caro. Los impuestos y el transporte son costosos en un contexto donde hay poca infraestructura e ineficiencias administrativas, lo que empuja los precios más allá de lo que la industria del oro está dispuesta a pagar” añaden desde Impact.
Propuestas ante una solución complicada
El proyecto de seguimiento ha acreditado entre 2017 y 2019, más de 24 kilos vendidos directamente al mercado desde los mineros y las cooperativas participantes. Ahora, la ONG centra su trabajo en la búsqueda de cambios sistémicos que respalden la viabilidad comercial de las cadenas de suministro responsables en la República Democrática del Congo y que incluyen
- Hacer el proceso de exportación más eficiente
- Mejorar el entorno fiscal para que no desincentive el comercio legal
- Poner fin a la impunidad de comerciantes ilícitos y redes de contrabando que se extienden a países vecinos y centros de compra internacional, como los Emiratos Árabes Unidos.
- Adaptar el apoyo a los actores y comunidades de la MAPE que no pueden acceder al mercado internacional por sí mismos.
- Proporcionar recompensas inmediatas a los actores locales para incentivar y mantener mejores condiciones al menos hasta que se logre la seguridad económica básica.
