En efecto, no cabe duda de que efectivamente, todos los comercios pueden y deben tomar medidas preventivas como la desinfección periódica, uso de mascarillas, pantallas, o distancia de seguridad… además de exponer claramente la cartelería indicativa, pero nada puede impedir que un cliente contagiado y sin síntomas pueda, en un momento dado, transmitir el virus dentro de la tienda.
Este tipo de sellos puede costar hasta 1.000 euros, aunque puede ser más si se trata de una empresa de gran tamaño. Pero su uso “crea una falsa sensación de seguridad y puede ser engañoso” tal y como indican desde la consejería de Sanidad de la Región de Murcia.
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Desde su homóloga valenciana el criterio es similar: “Las consecuencias de la certificación y sello de estas características pueden suponer un engaño o un fraude, por un lado al titular del establecimiento, porque se le está certificando algo que no es cierto, y por otro a los usuarios y usuarias del mismo a los que se está informando de una condición del establecimiento que es imposible de cumplir” tal y como recuerdan en un comunicado oficial.
Que no le engañen. Las medidas de higiene y seguridad relativas a los establecimientos joyeros y relojeros ya las hemos venido publicando en G&T a lo largo de estas últimas semanas, con documentos elaborados por entidades como la Asociación Española de Joyeros, el Colegio de Cataluña o la asociación relojera ANPRE. Esas medidas son las que pueden minimizar al máximo los contagios, pero esa posibilidad existe y seguirá estando, por muchos sellos que pongamos.
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