Los hechos ocurrieron un día de marzo de 2016 cuando los dos supuestos empresarios entraron a una tienda de la cadena Boodles en el prestigioso barrio de Mayfair, acompañados por una mujer que se identificó como gemóloga, con la intención de comprar diamantes de un valor considerable.
Según cuentan varios medios británicos en ese momento y aprovechando un descuido del responsable de la tienda que les mostraba la mercancía la mujer aprovechó para sacar de su bolso una bolsa idéntica a la que guardaba las gemas, pero en este caso llena de piedras sin ningún valor y de un tamaño similar, por lo que no despertó la sospecha del dependiente mientras los delincuentes se despedían para “sopesar” la decisión de compra.
Una piedra de 20 quilates
Los ladrones se hicieron en total con siete diamantes valorados en más de 4,2 millones de libras. La piedra más valiosa era un diamante en talla corazón de nada menos que 20 quilates tasada en 2,8 millones y también un diamante rosa púrpura de tres quilates valorado en 1,4 millones.
Habría que imaginarse la cara que les quedó al gemólogo y el gerente de la tienda cuando poco después de la salida del grupo se percataron del cambiazo y activaron el protocolo de alerta. La policía ha definido el incidente como «el mayor robo de estas características en la historia criminal británica».
Poco tiempo después detuvieron a un ciudadano francés de 27 años que fue encarcelado durante tres años y ocho meses por el robo y posteriormente extraditaron a otro por su participación en el fraude, pero nada se sabe del paradero de los diamantes ni de los otros cuatro miembros de la banda que Scotland Yard relaciona con el caso.
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