En un comunicado que han adelantado ya esta mañana varios medios suizos, “el nombre de Baselworld se eliminará” de cualquier nuevo evento organizado por sus hasta ahora responsables, el grupo helvético MCH, explican.
Precisamente los organizadores destacan que aún cuentan con unos 600 expositores “fieles” en el conjunto de la joyería, relojería y gemas, y que en este momento se estaría realizando “una encuesta para identificar sus prioridades y necesidades”.
Entretanto la ya anteriormente feria conocida como Baselworld estaría desembolsando en una cifra que rondaría el 65% a los expositores que han abandonado la feria, mientras la organización se queda con un 30% en concepto de gastos de gestión. Según esas mismas fuentes los expositores tienen hasta el 31 de mayo para solicitar el reembolso a los adelantos efectuados, que se pagarían, previsiblemente, dentro de 7-10 días hábiles.
Un nuevo comienzo
Una vez disuelto como “lágrimas en la lluvia” —parafraseando la mítica interpretación de Rutger Hauer en la película Blade Runner— el evento que los últimos 50 años fue el centro neurálgico y sinónimo del glamour y el alto lujo mundial, ahora busca su nuevo lugar en el mundo.
Muchos apuntan ya a que el nuevo emplazamiento podría ser Ginebra, a albur de la nueva feria Watches & Wonders que toma fuerza nueva con las incorporaciones de los grandes de la relojería como Rolex, Patek Philippe, Cartier o Chopard. Algunos incluso barajan que el Grupo Swatch pudiera considerar unirse a esta renovada cita con la relojería suiza.
“Se mató a la gallina de los huevos de oro” nos apunta un destacado miembro del sector en España y que lleva más de tres décadas acudiendo a los principales eventos internacionales del Sector. Es una opinión compartida por muchos, que además van más allá, y se plantean si los grandes —y costosos— eventos tienen ya sentido.
Pero esa es una historia que contaremos en otra ocasión.
