La situación no es muy diferente a la que ha ocurrido en nuestro país con el acceso a los créditos, muy restringidos pese al respaldo del Estado a través del ICO. En el caso de Bélgica los bancos acordaron con el Ejecutivo una partida de en torno a los 50.000 millones de euros, pero la desconfianza hacia el mercado del diamante parece estar trabando la financiación.
La banca cierra el grifo de la liquidez pero esta no es una situación nueva. Desde que en 2014 se cerrase el Antwerp Diamond Bank a causa de varios escándalos y fraudes cometidos por algunos empresarios de diamantes, las entidades han recortado al mínimo la financiación. Y justo ahora, con el mercado internacional prácticamente congelado, la necesidad de liquidez es crítica para seguir sosteniendo su posición en el escenario global.
