Aunque su especialidad y principal línea de negocio son las gemas des color, la firma Blankgemstones de Gustavo Romera cuenta con un surtido de diamantes para clientes específicos y también sirve bajo demanda en base a las necesidades del joyero o diseñador. Hoy contamos con su visión de este mercado dentro de nuestra edición monográfica dedicada al diamante desde la perspectiva nacional e internacional.
¿Cómo has percibido el interés de los profesionales en este último trimestre del año?
A lo largo de estos últimos tres meses de 2020 nuestros clientes se han centrado exclusivamente en los encargos que les han ido llegando con cuentagotas. En el conjunto del comercio se han notado las restricciones tomadas contra el Covid-19, así como la menor confianza del consumidor, que no han favorecido en absoluto a las ventas.
¿Qué tipo de diamantes puedes proporcionar a tus clientes?
Nuestro punto fuerte son las piedras de color y los diamantes representan aún un porcentaje pequeño dentro de nuestro negocio, pero servimos a nuestros clientes sin problema en función a la demanda. Principalmente vendemos talla brillante y también se demandan otros tipos de corte como baguette o princesa en calidades G-H/Vs, con certificados a partir de 0,50 quilates. También hemos visto un ligero aumento de la demanda por el diamante negro. Lo que sí he percibido es que, aunque el mercado del diamante está débil, algunos clientes concretos están demandando calidades un poco más altas que en el pasado.
Los primeros seis meses de este año los veo muy difíciles. Ten en cuenta que justo ahora estamos notando los efectos de la ‘tercera ola’ de la pandemia y el consumo del público final se va a contraer muchísimo hasta la normalidad
¿Cuáles son tus previsiones para 2021?
Los primeros seis meses de este año los veo muy difíciles. Ten en cuenta que justo ahora estamos notando los efectos de la ‘tercera ola’ de la pandemia y el consumo del público final se va a contraer muchísimo hasta que la situación empiece a normalizarse. A mi modo de ver, si la situación sanitaria va mejorando, comenzaremos a ver cierta recuperación a partir del tercer y cuarto trimestre.
¿Has detectado interés por el diamante por parte del público final?
No, al contrario, creo que de hecho hay menos interés, sobre todo entre el público más joven. El cliente joven quiere joyas frescas, divertidas y menos ostentosas aunque lleven gemas y metales preciosos. También influye el gusto personal de cada persona y, por supuesto, del presupuesto disponible.
¿Crees que es una buena idea vender el diamante como ‘inversión’ como ha ocurrido en el pasado?
Nunca he sido partidario de vender una joya como una inversión. La joyería, sobre todo la media y alta, tiene que volver a ser lo que nunca debió dejar de ser: un símbolo de distinción, elegancia y elitismo social para embellecer y lucirse, más allá del valor intrínseco que pueda tener en caso de venderla en el futuro. Ahora bien, es cierto que los metales preciosos y las gemas tienen un valor y un coste importante que en cierta medida se puede recuperar en caso de tener que pasar al mercado secundario.
MONOGRÁFICO G&T: LA INDUSTRIA NACIONAL E INTERNACIONAL DEL DIAMANTE
