Y es que el mercado de las materias primas es muy diferente al de otras industrias que se mueven a ‘golpe de titular’ en la prensa. En esos casos el sentimiento inversor puede alterarse por no cumplir expectativas, por el lanzamiento de un nuevo producto… e incluso por la declaración de un CEO poco prudente pero, en el caso de los metales preciosos, su cotización debe estar avalada por un metal físico a buen recaudo en las bóvedas de los bancos. Y es mucho más difícil –que no imposible- especular cuando la producción y distribución tiene las limitaciones propias de una materia prima.
En todo caso es un movimiento peligroso si lo vemos desde el punto de vista del fabricante o vendedor de joyería, que tiene unos márgenes de precios y de negociación con sus proveedores muy limitados.
Y además ese supuesto ‘castigo’ a los especuladores de los que tanto se habla en este tipo de foros podría haber incluso beneficiado a esos brokers que compran y venden acciones sobre el metal continuamente. A ‘corto’ como lo llaman en Bolsa, tal y como explica Andy Home, analista de la agencia Reuters.
Eso sí, el analista advierte: “Si bien las energías de este ejército de Robinhoods parecen gastadas por ahora, la capacidad de la multitud para mover los precios, incluso en mercados tan sólidos como la plata, ha sido ampliamente demostrada. Y algunos de los primeros en apostar por este metal habrán obtenido grandes beneficios”.
