La pandemia trajo consigo que los eventos presenciales donde las celebrities lucían sus mejores galas y las mejores joyas de las maisons prácticamente desaparecieran, tuvieran menos invitados y despliegue, o fueran sustituidos por los híbridos y virtuales, sin glamour ni poder ver las creaciones de las principales firmas.
Afortunadamente, los grandes eventos cinematográficos están regresando, como es el caso de la gran cita francesa del cine que congrega a gran parte del star system de Hollywood, el festival de cine de Cannes.
Ahí es donde la prensa especializada internacional espera vislumbrar, por ejemplo, piezas de la Haute Joaillerie de Chopard, como aquel collar de esmeraldas que lució Julia Roberts en la alfombra roja del festival en 2016, y es que, recordemos, la actriz norteamericana es la embajadora de la exclusiva firma suiza.
Si bien otras firmas compiten por conseguir que las actrices luzcan sus creaciones, algunas, como Chopard, patrocinador del Festival desde hace más de 20 años, tienen una posición privilegiada y prácticamente se puede hablar de un idilio legendario entre la maison y el gran escaparate de glamour que es Cannes.
Caroline Scheufele estableció un acuerdo con Pierre Viot, presidente del festival en aquella época, y hasta rediseñó la Palma de Oro que se lleva la película ganadora y que ha llegado a estar engastada en diamantes. Luego se creó el Trofeo Chopard que cada año premia a actores y actrices revelación, como Marion Cotillard, musa francesa de la firma que logró el hito de ser la primera en lucir las piezas de la colección sostenible de la Chopard Green Carpet.
Además, la firma, que ha llegado a contar entre sus adeptas con Elizabeth Taylor, quien se enamoró tanto de uno de sus collares que pidió dormir con él durante el festival, apuesta desde hace años por las colaboraciones con cantantes, como ya han hecho otras firmas. Es el caso de su colección diseñada hace un par de años por la cantante de Barbados Rihanna, que no dudó en lucirla y promocionarla en La Croisette.
