Como vicepresidenta de Desarrollo de Producto, Ingrid Lederhaas-Okun tenía autorización para retirar piezas y mostrarlas a posibles fabricantes para determinar los costes de producción. Sin embargo, cuando la empleada dejó de trabajar para Tiffany's el pasado mes de febrero la casa joyera descubrió que le faltaban 164 piezas, retiradas por Lederhaas-Okun durante los últimos tres meses que permaneció en su cargo.
Al verse 'pillada' la exdirectiva (que llevaba 22 años en la empresa) alegó en ese momento que algunas de las joyas se habían "extraviado" y también que había vendido otras a un cliente extranjero por 1,3 millones de dólares, haciendo pasar por suyas las piezas. Finalmente, Lederhaas-Okun fue arrestada el pasado mes de julio.
Las joyas robadas incluían brazaletes, colgantes y pendientes de oro; anillos de diamantes y platino, o sortijas con diamantes y otras gemas. En total, un 'botín' valorado en más de 2 millones de dólares por el que la ejecutiva tendrá que pasar al menos seis meses en prisión, tras ser condenada por robo y estafa.