La entrada en los circuitos comerciales de numerosas gemas importantes y la importancia que se concede en su valoración a su historia, plantean el problema de la determinación de su procedencia. Esta información podría pasar a formar parte de la certificación, si está avalada científicamente, como asegura el gemólogo y presidente de AGEDA Aragón, Miguel Ángel Pellicer.
Las técnicas que pueden aportar información sobre el origen son las habituales que se utilizan para determinar el origen de las gemas del patrimonio histórico: las técnicas PIXE-PIGE y espectrométricas (UV-visible-infrarrojo, Raman...) han dado buenos resultados en el laboratorio sobre esmeraldas y granates.
Sin embargo, el principal problema a la hora de determinar su origen es disponer de una base de datos de este tipo de técnicas, aplicadas a gemas de procedencia ya conocida. Y es obvio también que el problema real para obtener una buena base de datos es la disponibilidad de gemas-tipo correspondientes. Este problema puede ser solucionado, como se ha hecho en algunos casos, sobre todo con joyas del patrimonio histórico, por el análisis de las diversas fuentes.
En esta etapa puede surgir un problema adicional: ¿Viene realmente esta piedra de la supuesta fuente? Aquí es donde entra el concepto forense de ‘garantizar la cadena de custodia’ de esa gema. Será necesario certificar que la pieza ha cumplido con todos los requisitos a lo largo del camino, hasta que llega al laboratorio. Sin embargo, este problema se resolvería si las joyas de cada depósito se analizaran por las empresas mineras, de manera independiente.
Se proporcionarían datos analíticos, con especificación de las características, de manera tal que puedan ser analizados en los laboratorios cuando sea necesario. Sería una especie de ‘denominación de origen’ que se utilizaría en algunos contextos comerciales y sería un valor añadido a las joyas de este lugar, ya que hace más fácil la posterior certificación.
Esta medida sólo podría aplicarse a las gemas de color, porque los diamantes, debido a las singularidades de su origen geológico, son más difíciles de asignar a un depósito específico con las técnicas disponibles.
Miguel Ángel Pellicer es gemólogo y preside AGEDA Aragón.