La firma presentó el primer Freak en 2001 bajo la dirección de su propietario Rolf Schnyder y del maestro relojero Ludwig Oechslin. Un lanzamiento que la marca define como "una creación salvaje, un OVNI en una tierra de convenciones y conservadurismo".
Debido a las rarezas que presentaba, dado que no tenía esfera, agujas ni corona, Schnyder pensó que solo había un nombre para él: Freak. La hora se ajustaba mediante un sistema integrado en el bisel, y para darle cuerda había que utilizar un dispositivo integrado en el fondo de la caja.
En 23 años desde su lanzamiento, el Freak se ha popularizado enormemente y Ulysse Nardin ha presentado más de 20 patentes para el reloj de la silueta sin corona.
Ahora, la marca recupera su historia a través del nuevo Freak One, un nuevo reloj inspirado en el primer Freak, regulado por una espiral de silicio y un escape tratado con Diamonsil, un innovador tratamiento de superficie de plasma de silicio y diamante sintético que hace que el movimiento sea resistente a la abrasión y a los golpes.
Jean Christopher Sabatier, director de producto de Ulysse Nardin, explica el papel único que ha desempeñado el Freak en la historia de la relojería: "La aplicación de silicio en el escape fue una revolución; y su diseño, disruptivo: sin esfera, sin agujas, sin corona. Fue el primer hiperreloj de la industria. Para los aficionados, en la relojería solo hay un antes y un después del Freak".
Además, considera que los creadores de Freak se adelantaron a su tiempo. "Rolf Schnyder y el Dr. Ludwig Oechslin eran, y lo digo con mucho cariño, frikis", recuerda. "Eran totalmente independientes en su forma de pensar y valientes hasta el punto de la locura. Hicieron una gran apuesta, sabiendo que podrían ser superados por jugadores con mayores recursos. No reciben todo el crédito que se merecen", concluye.