El trabajo de los científicos se acaba de publicar en varias revistas especializadas y se encuentra en proceso de patente. El equipo suizo descifró el ADN a partir de unas 'mínimas' partículas de las perlas estudiadas, suficientes para identificar el tipo de ostra a la que pertenecieron.
Los ejemplos analizados fueron de las variedades Pinctada maxima, Pinctada margaritifera y Akoya, que son las más usadas en el comercio de perlas marinas naturales y cultivadas. Todas con un amplio rango de edades, desde el siglo XIX hasta nuestros días.
También se incluyeron en el estudio muestras de la Pinctada radiata de Arabia y el Golfo Pérsico, así como la Pinctada maxima de Australia e Indonesia, además de la Pinctada margaritifera de Fiji y la Polinesia francesa.
El estudio se inició buscando la posibilidad de identificar el origen de las perlas a partir de su ADN y ha necesitado dos años de trabajo. Una de las cuestiones más peliagudas fue precisamente a cantidad de ADN a extraer, sin que se altere la calidad de la perla. Con sólo una muestra de 10 Mg, los expertos han podido 'trazar' el origen genético de las perlas.
Para el director del SSEF, Michael S. Krzemnicki, se trata de un "punto y aparte que abre nuevas oportunidades de valoración e investigación de las perlas". "Estos métodos nos proporcionan una ventaja considerable a la hora de distinguir los diferentes tipos de perlas, y permitirá también la correcta evaluación de piezas históricas", añade.
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