Los datos analizados por la consultora Finbold indican que solo tres países produjeron el 79,62% de los 54 millones de quilates estimados de diamantes naturales producidos en 2020 a nivel mundial, según estimaciones procedentes del Servicio Geológico de EE.UU (USGS). Un desplome del 60% que, de confirmarse, supondría la mayor caída en la producción conocida hasta la fecha.
En cuanto a la producción Rusia encabezaría la lista con una participación del 35% o 19 millones de quilates, seguida de Australia con el 22% o 12 millones de quilates. Ambos países acumularon más de la mitad (57%) de los diamantes extraídos en 2020 y, junto a la República Democrática del Congo que también produjo 12 millones de quilates coparían más de dos tercios del mercado de diamantes en bruto.
Rusia es también el país con las reservas más altas a nivel mundial con un estimado de 650 millones de quilates. Botswana ocupa el segundo lugar con reservas de 310 millones de quilates. R.D del Congo ocupa el tercer lugar con reservas estimadas de 150 millones de quilates, también según la USGS.
La pandemia no frena la producción rusa
Podría decirse que Rusia ocupa la primera posición en la producción de diamantes al tener la mayor cantidad de reservas a nivel mundial. Sin embargo, la política de Alrosa, la empres minera pública rusa, es que la producción aumente cada año. Antes de la pandemia el Gobierno había anunciado planes para aumentar la producción nacional de diamantes en los próximos años, aunque las operaciones sufrieron un parón temporal debido a la pandemia.
En términos generales la producción mundial de diamantes se enfrentó a los cierres como resultado de la pandemia. Las principales empresas mineras se vieron obligadas a suspender sus operaciones cuando los gobiernos impusieron bloqueos con el objetivo de contener la propagación del virus. Del mismo modo, dado que la minería no es una operación esencial, los trabajadores fueron enviados a sus casas.
A partir de 2021 la mayoría de las mineras comenzaron el año reanudando operaciones y respaldadas por la mejora de la confianza de los clientes y una demanda al alza de joyería con diamantes en algunos de los principales mercados, como el norteamericano o el chino.
