Se trata de una refinada reproducción a escala de la nave francesa Le Houssard la cual suma más de 150 quilates de gemas naturales. La Casa de Subastas barcelonesa Subarna espera el próximo 13 de mayo a coleccionistas nacionales e internacionales, para una subasta en la que destaca una obra de joyería inspirada en el trabajo de Fabergé. Según nos cuenta el director de admisiones, Vicente Climent, esta maqueta realizada en materiales nobles estuvo oculta para sus herederos durante años en una caja fuerte y salió a la luz hace 3 años de forma repentina.
Nacido en 1961, Josep Solé Sellarès se formó como joyero en el taller de su padre, Ramón Solé i Gomà (1932-2013) y fue perfeccionando su técnica a lo largo de su carrera profesional. A raíz de realizar muchos viajes transoceánicos, su interés por la náutica aumentó hasta tal punto que a mediados de los 90’ decidió emprender un nuevo reto: aprender la técnica del maquetismo en madera para después, trasladarlo al fascinante mundo de la orfebrería.
Aprendiendo muy de cerca la historia de los veleros más representativos, empezó a realizar dibujos a detalle sobre una de sus naves destructoras favoritas, “Le Houssard” (1848, armada francesa). ¿A qué escala realizarla?, ¿cómo fijarla?, ¿debería moverse? o ¿qué gemas elegir?. Todas estas preguntas serían clave para acabar realizando una de las obras de su vida.
Inspirado en Fabergé
Su inspiración principal, tanto por el tamaño de la nave como por el tipo de trabajo, fue el del taller Fabergé: varios de sus famosos huevos iban acompañados de importantes barcos rusos y en ese sentido encontró mucha información. Es así como la obra final (sin la espectacular base) mide unos minúsculos 16 cm, con lo cual encontramos escalas realizadas en cuerda de oro de tan solo un cuarto de milímetro o cofres (que por cierto, al igual que las puertas se abren y se cierran) de tan solo cuatro milímetros.
El trabajo además está realizado con un nivel de precisión sorprendente pero con toques llenos de fantasía: el timón por ejemplo, o los obenques, tienen incrustados diminutos brillantes y la combinación en los mástiles del oro blanco realzan la elegancia de la pieza. Por otro lado, una elaboradísima base realizada con más de 700 diamantes y zafiros parece indicar con su estrella de los puntos cardinales, la dirección en que debe dirigirse la tripulación del barco.
Ambas piezas tienen una peculiaridad que hacen única esta obra: cuando están unidas y apoyadas en una peana elaborada en esmalte azul y madera ebonizada, son capaces de moverse en sentidos contrarios. Bajo las placas realizadas en color “bleu du roi” un mecanismo eléctrico permite convertir la maqueta en autómata.
Con un precio de salida de 170.000 euros Subarna pretende atraer el día 13 de mayo al gran comprador internacional, situado principalmente en Rusia, Oriente Medio y Estados Unidos. La obra podrá ser visitada en exposición del día 3 al 12 de mayo en la Calle Diputació 278, de Barcelona.
